1.
NO ES FÁCIL
llevar la marca
de otras en un cuerpo de mujer
que acaba de nacer.
Tampoco es fácil
vivir en lugar de las otras,
ocupar sus
asientos en el autobús,
comer sus bocadillos,
secarse con sus
toallas,
acostarse con sus
maridos.
Pero no os creáis lo que dicen: no se nace otra.
Las otras
se hacen a mano,
entre todas.
Eso sí,
hay que tener cuidado. Cualquier material aislante puede perdernos, cortarnos, agrietarlas. Cualquier mirada tuya, de ella o de las otras puede hacer que nos tendamos como saco perpendicular a los raíles.
No sería
la primera vez que un cuerpo de otra se niega tres veces.
2.
TÚ ERES la otra, no ella.
La otra
cara del espejo.
La parte de atrás del edificio.
Ella será
la otra de las otras,
seguro.
Ese hueco entre los dedos de
los pies.
Esa hora de retraso.
Esa bolsa
de aire caliente.
Todas esas otras cosas.
3.
HAY NIÑAS
que construyen otras
de plastilina.
Sus madres
las ven y mecen
y arrullan esas manos pequeñas.
Hablan, inventan canciones,
terminan esos cuerpos.
Las otras
son ellas, esas niñas blandas de colores aceitosos.
Hacerles daño es sencillo.
Aplastarlas también.
4.
HAY OTRO
cenicero en la casa de ella.
Hay otro armario, ropa interior, vestidos, zapatos.
Hay otra
nevera con comida y algunas botellas de vino.
Hay otra
cafetera.
Hay otro
sofá y hay otra puerta y otras cortinas y otros platos.
Hay otros
relojes y otras maneras de desnudarse, de bostezar.
También hay otros días, otras menstruaciones, otros sabores.
5.
OTRA PIEL
más blanca. Ella es eso.
Si la conocieras,
os caeríais bien.
Pero entonces a él ya no
le interesaríais, ella
ya no sería otra y tú no serías ella.
No, no os miréis.
No reconozcáis
otra piel.
Ella es
eso. Otra piel más blanca.
Si te conociera,
os caeríais bien.
Pero entonces a él ya no le interesaríais, ella ya no sería otra, tú no serías ella y no habría manera de que los pronombres
no os hicieran la vida imposible.
6.
ELLA fantasea
con la posibilidad de que, en cualquier momento, aparezcas.
Ese otro fantasma.
Esa cordillera
de ojos.
Ese mar de otro vello púbico.
7.
ELLA elige
los días fértiles con
calculadora.
Una vez
dejó un feto de tres meses creciendo en el cubo de basura.
Quizás era otra mujer de un planeta lleno.
De un contenedor lleno de otras mujeres.
8.
ELLA escucha
pasos.
Desea.
Imagina que tienes un jarrón de
cristal.
Coge un vaso y le prende fuego.
Como si no supiera
que es el músculo más ignífugo,
que
tiene
un
nombre
frágil.
9.
HACE unos días ella, la otra, te vio.
Hablabas de él y de sus camisas.
Se fijó
en tus pantalones vaqueros. Pensó
en que se parecían a los suyos.
También se parecen las
calles por donde paseáis, los parques…
Pero, en realidad, tú y ella no os parecéis.
Mujeres, nada más.
|